La Justicia pampeana autorizó que un bebé de semanas que estaba en estado de salud delicado recibiera una transfusión de sangre en contra de la voluntad de sus padres, pertenecientes a la secta de los Testigos de Jehová y que se negaban por esas creencias, según informa el diario La Arena.
La medida fue tomada en los últimos días por el juez de la Familia y el Menor Marcos Javier Aguerrido -que ha sido nombrado como juez penal del Tribunal Oral Federal de Santa Rosa-, por petición del cuerpo de médicos de Pediatría del Hospital Lucio Molas.
El caso comenzó hace unos días cuando el bebé tuvo que ser internado en el sector de terapia intensiva de Pediatría del establecimiento asistencial. Necesitaba un recambio de glóbulos de manera urgente, pero sus padres se habían negado por sus creencias religiosas. Las transfusiones son rechazadas por los testigos de Jehová a raíz de la interpretación de diversos versículos bíblicos que hablan de la prohibición de recibir sangre porque sería como “comer la vida o el alma”.
Fue entonces cuando uno de los profesionales sanitarios se puso en contacto con el Juzgado de la Familia y el Menor. El juez Aguerrido, en cuestión de horas y entendiendo que la medida era“urgente y necesaria” porque la vida del bebé estaba comprometida, autorizó al equipo médico a realizar el tratamiento. La resolución fue rápida y llevó pocas horas, indicaron las fuentes judiciales.
Estos casos no son nuevos y ya han ocurrido en la provincia. En junio pasado se reavivó el debate en cuanto a si los pacientes que son de la secta de los testigos de Jehová deben o no recibir una transfusión ante casos de extrema gravedad. si bien en el caso pampeano se trataba de un menor de edad.
El caso ocurrió en Ciudad de Buenos Aires y el paciente fue Pablo Albarracini, un testigo de Jehová que había sido herido de bala en la cabeza durante un asalto, y cuya mujer se negó a que le hicieran una transfusión de sangre por sus creencias religiosas. Tras dos meses internado, fue dado de alta de la clínica Bazterrica.
El hecho había desatado una batalla judicial entre su padre y su mujer por una transfusión que los médicos aseguraban que era vital para salvar la vida del paciente. Pero la esposa se negó a que lo transfundieran al alegar que su marido había firmado cuatro años antes un documento en el que expresaba que no aceptaba recibir ese tipo de tratamiento.
Desesperado, ante la gravedad del estado de salud de su hijo, Jorge Albarracini recurrió a la Justicia para forzar una transfusión y el caso llegó a la Corte Suprema, que finalmente se expidió a favor de respetar la voluntad de Pablo. Después del fallo, la salud del testigo de Jehová de 38 años comenzó a mejorar lentamente, con lo que se descartó la transfusión.
La medida fue tomada en los últimos días por el juez de la Familia y el Menor Marcos Javier Aguerrido -que ha sido nombrado como juez penal del Tribunal Oral Federal de Santa Rosa-, por petición del cuerpo de médicos de Pediatría del Hospital Lucio Molas.
El caso comenzó hace unos días cuando el bebé tuvo que ser internado en el sector de terapia intensiva de Pediatría del establecimiento asistencial. Necesitaba un recambio de glóbulos de manera urgente, pero sus padres se habían negado por sus creencias religiosas. Las transfusiones son rechazadas por los testigos de Jehová a raíz de la interpretación de diversos versículos bíblicos que hablan de la prohibición de recibir sangre porque sería como “comer la vida o el alma”.
Fue entonces cuando uno de los profesionales sanitarios se puso en contacto con el Juzgado de la Familia y el Menor. El juez Aguerrido, en cuestión de horas y entendiendo que la medida era“urgente y necesaria” porque la vida del bebé estaba comprometida, autorizó al equipo médico a realizar el tratamiento. La resolución fue rápida y llevó pocas horas, indicaron las fuentes judiciales.
Estos casos no son nuevos y ya han ocurrido en la provincia. En junio pasado se reavivó el debate en cuanto a si los pacientes que son de la secta de los testigos de Jehová deben o no recibir una transfusión ante casos de extrema gravedad. si bien en el caso pampeano se trataba de un menor de edad.
El caso ocurrió en Ciudad de Buenos Aires y el paciente fue Pablo Albarracini, un testigo de Jehová que había sido herido de bala en la cabeza durante un asalto, y cuya mujer se negó a que le hicieran una transfusión de sangre por sus creencias religiosas. Tras dos meses internado, fue dado de alta de la clínica Bazterrica.
El hecho había desatado una batalla judicial entre su padre y su mujer por una transfusión que los médicos aseguraban que era vital para salvar la vida del paciente. Pero la esposa se negó a que lo transfundieran al alegar que su marido había firmado cuatro años antes un documento en el que expresaba que no aceptaba recibir ese tipo de tratamiento.
Desesperado, ante la gravedad del estado de salud de su hijo, Jorge Albarracini recurrió a la Justicia para forzar una transfusión y el caso llegó a la Corte Suprema, que finalmente se expidió a favor de respetar la voluntad de Pablo. Después del fallo, la salud del testigo de Jehová de 38 años comenzó a mejorar lentamente, con lo que se descartó la transfusión.