Mientras se concluye la I Edición del Post-Grado de Humanización de la Salud en nuestro Instituto Superior Nivariense de Humanizacion de la Salud, y se prepara la II Edición que comenzará el próximo mes de octubre de 2012, les dejamos unas notas de D. José Carlo Bermejo sobre lo que se entiende por Humanización de la Salud.
Una afirmación frecuentemente escuchada es la de que, conjuntamente con el desarrollo de la técnica, se ha ido instalando de manera progresiva un proceso de deshumanización en el mundo de la salud. Este lamento es una realidad universal y, sin embargo, la tecnología se crea y se introduce para el bien del hombre, constituyendo un medio que debe contribuir a la humanización, en dependencia de cómo se utilice.
A menudo, el profesional de la salud y el enfermo se encuentran unidos solamente por aparatos, tubos y toda clase de instrumentos, en los cuales hemos ido depositando nuestra confianza para el desempeño de funciones terapéuticas o de diagnóstico, dejando de centrarnos en la persona. En palabras de Miguel
Delibes: “...La máquina, por un error de medida, ha venido a calentar el estómago del hombre, pero ha enfriado su corazón”. Lo que interesa, es la preocupación por la enfermedad, pero sin ponerle rostro ni nombre, perdiéndose la identidad personal del enfermo. Por su parte, la responsabilidad individual y el mundo de los valores, quedan interpelados por este proceso de deshumanización. Recordemos expresiones
cotidianas como: “Mi turno ha terminado” o “No me pagan por esto”, que dejan al paciente en una posición frágil y resquebrajan los atributos humanos.