Especialistas*. Promovida por la Sociedad Valenciana de
Medicina Familiar y Comunitaria (SVMFYC), surge por el interés y la
preocupación de los médicos de familia en mejorar y potenciar el lado
humano de nuestra especialidad.
Ahora más que nunca donde la crisis esta produciendo
situaciones de gran sufrimiento, hemos querido potenciar un encuentro
donde reflexionar sobre los pacientes que más sufren. Por eso se ha
organizado esta Jornada con la Asociación Viktor E. Frankl (AVEF), que
complementa con experiencias de sus asociados las vivencias que tenemos
en nuestras consultas. Ha sido una alianza muy interesante que se ha
demostrado en la calidad de los ponentes de las tres mesas redondas
centradas en el sufrimiento, la muerte y el duelo.
La SVMFiC es una sociedad científica cuyo objeto es el
fomento, desarrollo, la promoción y la divulgación de la especialidad
médica de Medicina Familiar y Comunitaria y de la Atención Primaria, así
como el desarrollo profesional de los médicos que trabajan en el primer
nivel de salud. Dicho desarrollo no solo es de ciencia sino también de
humanidad, pues una de las cosas que nos caracteriza es que tratamos
personas y no enfermedades.
En la Jornada participaron el Dr. Enric Benito en la
conferencia inaugural (oncólogo y Coordinador del grupo de trabajo de
Espiritualidad de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y
Coordinador de la Estrategia Balear de Cuidados Paliativos), médicos de
familia coordinadores de grupos de trabajo de la SVMFiC (el Dr. Lorenzo
Pascual del grupo de Atención Domiciliaria, el Dr. Victor Suberviola del
Grupo de Bioética, y la Dra. Carmen Fernández del grupo de Comunicación
y salud) y profesionales de la AVEF (el Dr. José Luis Guinot, el Dr.
Santiago Muñoz y la psicólogo Ana Mª Losa).
Se recordó la importancia de la actitud compasiva y
deliberativa, basada en el respeto a la dignidad del paciente, así como
el importante papel del profesional sanitario en acompañar en el proceso
del morir, haciendo más fácil este doloroso y difícil paso por medio de
un acompañamiento empático y compasivo. Hospitalidad, presencia y
compasión son las herramientas necesarias para poder acompañar en estas
situaciones y así poder pasar del posible caos hacia la aceptación.
Para atender a las personas en su etapa final, se hace obligada la
necesidad de que el terapeuta haya abordado su propio miedo a la muerte,
asuma el compromiso de atender el sufrimiento y atienda la dimensión
espiritual.
Un punto clave fue enfatizar la importancia del papel del
médico ante el sufrimiento; la necesidad de ponerse en el lugar del
paciente, de ponerse a disposición del mismo y de priorizar el
tratamiento del sufrimiento ante cualquier otra cosa. El médico de
familia tiene posibilidades terapéuticas al alcance que mejoran la
calidad de vida de los pacientes que sufren, pero en estos momentos en
el que la enfermedad ya no es el protagonista, otras herramientas como
la silla, la escucha y el tiempo son las más importantes. Es
fundamental conocer los deseos y necesidades del paciente y su familia
para poder ir preparando el mejor camino en sus últimos días. El médico,
debe convencerse de que, cuando no es posible curar, aún le queda una
tarea, la de cuidar y consolar. Para ello hay que potenciar la necesidad
del encuentro con la persona sufriente, en una actitud de compasión,
'de sufrir con', que producirá un desgaste, pero que también dotará de
plenitud la tarea que realizamos.
Los médicos tienen un papel esencial en el acompañamiento
al final de la vida para llegar a una muerte digna; los profesionales
también pasamos por las fases de Kübler-Ross de negación, ira, pacto,
depresión y aceptación, como pasa el paciente y sus familiares, y es
imprescindible encontrar nuestras propias respuestas para poder
ahuyentar el miedo, lo que nos obliga a reflexionar sobre la muerte,
como parte de nuestro trabajo. La muerte suele verse como un fracaso de
la medicina, y ante este hecho, conviene reflexionar sobre los
auténticos fines de la medicina, entre los que se halla: velar por una
muerte en paz, y también procurar hablar de la muerte en la consulta
para que se entienda como algo natural e inherente a la vida. Es
necesario contar con el consentimiento informado de los pacientes para
respetar sus decisiones y recoger en la historia clínica las
preferencias y valores que el paciente quiera dejar constancia, en el
caso de que otras personas deban tomar por él decisiones sobre su vida y
salud.
La preocupación del médico por el estado del paciente y
por el control de algunos síntomas se hace necesaria en la relación del
médico con el paciente en duelo. Según las características de la muerte,
del fallecido y la relación con el doliente encontraremos los distintas
situaciones. Si la muerte es previsible, hay que iniciar un trabajo de
acompañamiento a la familia para evitar un duelo patológico. Por otro
lado, debemos ponernos en contacto con nuestro mundo interior y ser
consciente de la importancia capital de la compasión entendida no como
lástima, sino como capacidad de amar al otro y de escucharlo
completamente, sin juicios ni prejuicios.
Ha sido una jornada intensa en la que los médicos de
familia hemos podido reflexionar sobre el papel del profesional
sanitario en estas especiales circunstancias, y de la importancia de
nuestra preparación para así poder colaborar lo mejor posible en el
camino de nuestros pacientes en el sufrimiento, muerte y duelo. Los
médicos de familia tenemos un lugar privilegiado para poder acompañar en
estos momentos cruciales de la vida de las personas y asomarnos al
borde del misterio de la muerte, pero para intervenir de forma exitosa
el profesional debe extraer de su interior la esencia más humanista y
haber elaborado previamente la asunción de su propia finitud. Es
necesario que el profesional disponga del tiempo necesario para cuidar
estos momentos, únicos para los pacientes y nuestra relación con ellos.
*Carlos Borrás, Pilar Botija, Mª Inmaculada Cervera,
Carlos Fluixá, José Luis Guinot, Sebastián Tabernero. Comité
Organizador. I Jornada de humanización y Ética en Atención Primaria.
(Especialista en Medicina familiar y comunitaria, Presidente SVMFyC,
Especialista en Oncología radioterápica y Presidente AVEF,
respectivamente).
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