Emma Thonpson |
Este martes como había prometido el día anterior el profesor Tomás Domingo Moratalla, el Salón de Actos del Intituto Superior de Teología se convirtió en un cine-laboratorio y, casi, en un comité ético. Este especialista en Filosofía Moral y Bioética siguió profundizando durante este segunda sesión en "El método de la bioética: la deliberación", con lo que inició su primera ponencia vespertina, y más tarde pasó al caso práctico con "Deliberación y narración. El cine como laboratorio de los conflictos bioéticos".
Y es que la Bioética está dando mucho de sí en el ISTIC, en estas de XVII Jornadas de Ética y Política, organizadas conjuntamente con la ULL. El desarrollo de Moratalla en torno al método del doctor Diego Gracia está atrayendo no sólo a la toma de apuntes y recopilación de material, por parte del alumnado, sino también ha conseguido que sus sesiones se conviertan en un verdadero laboratorio de trabajo y en un Comité de Ética, algo que atrae de manera sorprendente a la participación directa del público asistente.
Desde Aristóteles
Con la llegada de la tarde, el alumnado volvió a tomar asiento en el Salón de Actos del ISTIC y Moratalla sorprendió nuevamente con su búsqueda del método para la bioética. Se trasladó a la historia de la Filosofía, y quienes acuden diariamente a las clases de Ciencias Religiosas se maravillaron, pues refrescaron en un excelente resumen de media hora lo aprendido en Historia de la Filosofía. Tomás Domingo se trasladó a la filosofía clásica y en ella describió los verdaderos orígenes de la bioética, en el pasado grecoromano. "En ese momento la ética buscó reglas, normas para saber a qué atenerse, del orden geométrico al ético. Y la historia de la filosofía ha seguido dando pruebas de ello. Lo hemos visto con Platón, los estoicos, Kant, han tratado siempre de buscar leyes universales". Sin embargo, hay dos cuestiones que anotar una es que este método ha fallado en nuestro mundo occidental, y la otra es que las cuestiones humanas son distintas a las del orden matemático.
En esta línea, Moratalla rescató el método que se considera ideal para Bioética, la deliberación, se trata de un método de la racionalidad práctica y además no eludió el que también este método nace en el pasado, entre los clásicos. El método de aristóteles, que ya era la DELIBERACIÓN, buscaba la racionalidad práctica. Este método se da en situaciones de incertidumbre.
Aristóteles se refería a qué lógica emplear: la apodíctica, que no es deliberativa; o la dialéctica, que parte y trabaja con premisas, se basa en el intercambio de opiniones, en el diálogo. Es decir, la apodíctica, tendente a la deducción, lo teórico; o la dialéctica, hacia la deliberación, lo práctico. "Nosotros, igual que Aristóteles, tendemos al método del ámbito de la deliberación y del ámbito socrático. Sócrates", señala Moratalla, "será el antecedente. El fin del método socrático, el fin último es el descubrir los límites de la sabiduría: LA IRONÍA". Y en ese momento, nos hizo nuevamente reflexionar, trasladándonos a la premisa universal de Sócrates: "SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA".
DELIBERACIÓN
Así, Moratalla volvió a definir la DELIBERACIÓN, recuperando el pasado clásico: "Es un modo de conocimiento práctico, usa argumentos dialécticos y no busca decisiones verdaderas, sino la decisión prudente, la verdad correspondiendo a los asuntos humanos es la prudencia".
Pero, ¿por qué ahora traemos la deliberación de Aristóteles? Porque la razón en occidente ha caído en crisis, ha terminado en un callejón sin salida, que ya se inició en el siglo XX y se ha radicalizado aún más en el siglo XXI. Los filósofos y los pensadores de estas últimas décadas se han dado cuenta de que hay que recuperar el modelo de Aristóteles y descartar el de Platón. "No se trata de demostrar -ciencia-, sino de mostrar. La deliberación como forma de pensar", recuerda Moratalla.
¿Qué supone la deliberación?
Es intelectual, pero también emocional. Es caer en la cuenta de que el otro también tiene algo que decirme -y en este instante Moratalla nos volvió a sacar a flote el momento de reflexión-. Asumir la incertidumbre, la complejidad de la vida.
La deliberación no se da de forma natural, sino es moral, se aprende. Es un proceso de aprendizaje. Se trata de una experiencia moral. De sentir que no se pude hacer cualquier cosa. De una experiencia de límites, en fin: "NO TODO VALE", anota Moratalla. Así logramos que nos sintamos responsables de algo. "Todo ser humano hace juicios morales es un pedirse cuentas a sí mismo. Es una experiencia universal, y habrá que dar razón de ellas de formal individual". El profesor intenta sintetizar en que "somos seres morales y no nos queda más que elegir".
También se refirió a que toda EXPERIENCIA MORAL "tiene un momento formal y un momento material.
Así, el objetivo de la bioética es tomar las mejores decisiones y para ello hay que tener en cuenta los distintos momentos del acto moral: hechos, valores y deberes.
En este sentido, señaló que "los hechos son el mundo en el que estamos. Es lo que se da de modo directo. Y el gran problema es que muchas veces los problemas éticos sólo se han planteado desde los hechos. Pero también están los valores, a los que podemos entender cómo las estimaciones que hacemos de los hechos. Y cabe recordar que nuestra vida no son sólo hechos, sino también valores". En este punto, aludió Moratalla a una definición filosófica de la cultura: "es el resultado de la transformación de la naturaleza. Convertimos los recursos en posibilidades para la vida".
Es destacable la referencia que hizo este especialista a la pirámide de valores de Maslow -la ofrecemos en la gráfica expuesta al lado-. Y no obvió el que "vivimos envueltos en valores no sólo morales".
Finalmente, se refirió a los deberes. "Somos seres de deberes. En función de los que vivimos, vamos a tener una serie de deberes. El modo de realizar los valores son los deberes". De esta forma, anotó igualmente que "los hechos son datos, los valores estimación, y los deberes son los que más interesan a la ética, es decir, la realización de valores". Para él, lo propio de la ética es realizar todos los valores, no sólo uno y descartar los otros.
Asimismo, aclaró igualmente que "nuestra experiencia del mundo tiene tres dimensiones: la de los hechos, la valorativa y la de los deberes, la práctica. Cuando hablamos de bioética, aplicaremos el método deliberativo en los tres niveles. No podemos quedarnos sólo en uno, o como siempre se ha hecho en los hechos". Hay que reiterar que "los deberes son lo legal; los valores, acogen lo religioso; y los hechos, lo científico".
En fin, como Moratalla acertademente señala, "la bioética no es el terreno del todo vale, no es un hay tan sólo una opinión. No se trata de hablar por hablar. Cuando empleamos el cine para tratar un tema bioético, estamos construyendo una opinión común. SE TRATA DE EVITAR LAS CHARLAS DE CAFÉ".
Y EL COLOFÓN DEL DÍA: El método del Diego Gracia
Se trata del Método de Análisis de los Casos:
1.- Deliberación de los hechos: Presentación del problema.
2.- Deliberación sobre los valores: Identificar los problemas morales.
3.- Deliberación sobre los deberes: Identificar los casos de acción extremos.
4.- Deliberación sobre las responsabilidades finales: Se trata de las pruebas. Tiempo, publicidad, legalidad, y decisión final.
Este martes se analizó un capítulo de Anatomía de Grey, en el que la sala se convirtió en un verdadero Comité Ético, y hoy se volverá a dar este caso, porque hoy nuevamente "la Bioética, se va al cine". Hablaremos mañana algo más sobre Bioética, y la experiencia Bioética desde la visión del doctor Diego Gracia, desde la realidad que nos plasmará esta tarde, Tomás Domingo Moratalla en el ISTIC.
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