«La depresión se puede evitar humanizando a la sociedad»

Unos seis millones de personas en España la padecen. Sus orígenes son, en ocasiones, desconocidos y sus efectos, en todos los casos, devastadores. «Como un terremoto». Fernando Gonçalves, médico de familia y Coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia abordó la depresión, una enfermedad presente demasiado a menudo en la sociedad, en el XIX Congreso Nacional y XIII Internacional de facultativos de Atención Primaria de Santander.

-Sus colegas suelen decir que la depresión, junto a la diabetes, es la enfermedad del siglo XXI...
-Si suelen decir eso es que los colegas están muy mal informados. La depresión no es la enfermedad del siglo XXI, es una enfermedad acompaña al hombre desde siempre.
 

-Detección precoz de la depresión. ¿Cómo se la puede ver venir?
-De ningún modo. Un episodio depresivo es en todo similar a un terremoto. Lo que el paciente percibe es que en un momento dado se empiezan a sufrir sus consecuencias. Y al igual que ante un terremoto, el paciente se sorprende de las sensaciones que nota en sí mismo. Y al quedar descolocado y aturdido, si tenemos suerte y es un caso ideal, solicitará ayuda médica. Desgraciadamente, en los casos reales se tarda en solicitarla, con lo que las posibilidades de la cronificación de la depresión y los riesgos que ello conlleva serán mucho mayores.

-¿Por qué es importante no mirar para otro lado cuando se detecta de manera precoz?
-Es importante que el paciente que nota las consecuencias de un episodio depresivo solicite ayuda médica. Está demostrado que cuando lleva entre tres y seis meses de episodio el 50% pueden llegar a alcanzar la remisión del cuadro. Cuando el cuadro lleva más de dos años, sólo el 5% alcanzará la remisión completa. Hay una relación inversa entre el tiempo transcurrido y las posibilidades de éxito de un tratamiento.
 

-¿Y qué es lo que está deprimiendo a la sociedad?
-La sociedad no se deprime, se deprimen sus individuos. La depresión es una enfermedad individual e íntima por excelencia y la que mayor sufrimiento genera. Además, presenta muy graves efectos colaterales sobre el entorno del paciente en cuanto a familia, ámbito laboral, económico... Cuando en un grupo están presentes individuos afectos de depresión lógicamente todo su grupo se embadurna de la enfermedad y sufre las consecuencias.
 

-Si el trabajo es una fuente de problemas y el paro también, mal camino llevamos.
-El trabajo no debería serlo. Su ausencia, en cambio, sí. La depresión no depende tanto como pretendemos creer de una relación causal concreta. Intervienen otros muchísimos factores. Además, la tristeza no es sinónimo de la depresión. Es diferente la 'tristeza normal' que la 'patológica'.
 

-¿De qué manera ayudan los medicamentos?
-Un fármaco antidepresivo no es ninguna pastilla de la felicidad, y con él no se dopa nadie: no originan sensación de bienestar en personas que no tienen depresión, en absoluto. El fracaso terapéutico está asegurado si alguien pretendiera tratar la 'tristeza normal' con antidepresivos.
 

-¿Pero usted no cree que hay cierta tendencia a suministrar fármacos con cierta ligereza?
-Los médicos tenemos muy claro que una pastilla muchas veces no es la solución. Y el tratamiento de la depresión, y esto que quede claro, no consiste única y exclusivamente en la medicación. Lo primero es la psicoterapia.
 

-¿Podemos evitar la depresión?
-Pese a haber avanzado mucho, todo lo que sabemos de ella aun no tiene explicación. Por eso se debería educar a los niños para conseguir individuos que tengan una menor vulnerabilidad y mejor capacidad de afrontar los problemas. Humanizar a la sociedad actual para crear individuos mejor capacitados en sus relaciones.

 

Fuente:  http://www.eldiariomontanes.es/v/20120528/cantabria/depresion-puede-evitar-humanizando-20120528.html